Vieja, la nena hace poesía
Vieja, la nena hace poesía
Y es por tu culpa por tu gran culpa
Por amamantarla con mil y un arrorrós
Por darle calostro entonado con verde limón
¿Cómo salimos de esto ahora? ¿Quién la va a criar?
¿Vos crees que yo tengo tiempo para andar
ocupándome del solaz y la aventura?
¿Del arrullo de los cielos rojos
del bambi herido y el nosequé de la noche oscura?
Seguro que vamos a terminar haciéndonos cargo:
Del encarnizado verbo y su retahíla de locuras
disparada por ignaros diosecillos habladores
¡Válgame la santa y diurna paciencia
olvidada pasión de mis mayores!
¡Ay de mi pobre niña extraviada
en vulgaridades y deshoras
entre sábanas encharcadas y su dulzura errónea!
Ahí viene: cabizbaja y temblorosa
esa que ya no reconozco
Transformada de un día para otro
en pura víscera de rosa
Otra sáfica inflamada por el designio insólito
Y no la sigas apañando, vos
Ahora que siga y se haga sola como buen machito:
Que raje de aquí y se salve
Que atraviese a nado la existencia y se lo banque
Que a todo ese bodoque de poesía
rompa y talle y saque punta a la intemperie.
De “¿De quién son estos zapatos?”. Colección Pez Náufrago. Ediciones Del Dock, Buenos Aires, 2011.